YA NO HABÍA REMEDIO
TRISTE CAMINABA DETRÁS DEL CORTEJO
LA MIRADA BAJA, EL ALMA DE NEGRO;
A UN LADO MI PADRE, ENCORVADO Y VIEJO,
AL OTRO, UN AMIGO REZANDO EN SILENCIO:
ELLA SE MARCHABA…¡YANO HABÍA REMEDIO!
GASTÉ CUANTO TUVE, VENDÍ MIS DOS HUERTOS,
MÁS LAS MEDICINAS DE NADA SIRVIERON:
SU MAL ERA GRAVE; LA TOS DE SU PECHO
SE PERDÍA DÉBIL EN TRISTES LAMENTOS.
¡¡¡QUE PENA!!!, DECÍA, LLORANDO EN SILENCIO;
¡¡¡QUÉ PENA, ME VOY!!!...¡¡¡NO TENGO REMEDIO!!!
Y SUS MANOS BLANCAS DE DELGADOS DEDOS
TRENZABA ANGUSTIOSA CON GRAN SENTIMIENTO.
YO LA CONSOLABA SIN TENER CONSUELO,
Y LUEGO LLORABA, CUANDO ELLA, DURMIENDO,
NOMBRABA MI NOMBRE LLAMÁNDOME QUEDO.
¡NO PUEDES MORIRTE!; GRITE DESCOMPUESTO,
CUANDO EN SU AGONÍA VÍ SUS OJOS NEGROS
CLAVADOS EN MÍ CON GRAN DESCONSUELO…
¡¡¡NO PUEDES MORIRTE!!!
,¡¡¡ NO QUIERO, NO QUIERO!!!
ELLA ME MIRABA, Y SUS OJOS NEGROS
SE FUERON CERRANDO.
Y CON UN LAMENTO ME DIJO ANGUSTIOSA:
TEN RESIGNACIÒN…¡¡¡NO TENÌA REMEDIO!!!
LUEGO NO VI NADA, RODÉ POR LOS SUELOS…
AL VOLVER EN MÍ, ELLA YA HABÍA MUERTO,
Y COMO UNA SOMBRA TAN SÓLO RECUERDO
CUATRO CIRIOS GRANDES,
MUY NEGROS, MUY NEGROS,
CON LUZ PARPADENTE DE TRISTES REFLEJOS;
Y SU CUERPO INMÓVIL TENDIO EN EL LECHO…
Y PENSÉ ANGUSTIOSO…¡¡¡NO, NO TENIA REMEDIO!!!
VI COMO ENTERRABAN AQUEL NEGRO FÉRETRO
DONDE ELLA DURMIA SU ÚLTIMO SUEÑO,
Y COMO LA TIERRA IBA RECUBRIENDO
LA FOSA VACÍA DE ACOMPAÑAMIENTO,
Y QUEDÓ ELLA SOLA, SÒLA ENTRE LOS MUERTOS,
YA ERA UNO DE TANTOS…
¡¡¡YA NO HABÍA REMEDIO!!!
duarteroucojose@gmail.com
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